
¿Por qué mereces vivir una maternidad sin culpas?
Hablar del merecimiento y la culpa es como hablar de la protagonista y la villana en una película, y es que para poder vivir una maternidad sin culpa vamos a aprender a vivir desde el merecimiento.
Pensarás que eso no tiene nada que ver, pero si reflexionas y entiendes que solo cuando actúas como debe de ser debes ser premiada y cuando no castigada, y te cuesta recibir cuando te sientes en falta, o que tienes que comprar los “premios” o el “amor” a través de actos de servicio, es porque claramente dentro de ti no ves todo el valor que portas como persona.
¿De dónde proviene la culpa en la maternidad?
Sí, tenemos muchos roles y presiones sobre nuestros hombros, y la más difícil de manejar es la expectativa que nos colocamos nosotras mismas con un nivel de perfección fuera de la realidad que todos manejamos, nos hemos creído que, si existe una mujer que hace TODO PERFECTO EN TODO TIEMPO, y de aquí proviene la raíz de la culpa en la maternidad, nuestra propia visión sobre nosotras mismas, y aquí si hay que leer unas hojas atrás en nuestra historia de vida.
La percepción de quienes somos y nuestra valoración como persona se realiza en los primeros años de nuestra vida a partir de las “voces” de nuestros cuidadores, luego en la adolescencia nos encontramos con esas voces e intentamos descubrirnos en medio de ese ruido y el que nos repiten nuevamente nuestro entorno.
Ya en la adultez, y sin entrar en las heridas de la infancia, nos toca recomponer todas estas voces y armonizarlas en nuestro interior. Ser madre nos expone totalmente a la falta de armonía interna de nuestras voces y del trabajo interno que tenemos que hacer, muchas veces nuestros hijos se convierten en teclas de explote que no tiene que ver con ellos o lo que hacen, sino EN LO QUE NO ESTÁ SANO DENTRO DE NOSOTROS.
Y todo lo que no está sano frente al amor hacia los demás, pero en especial hacia nosotras mismas, hace nacer LA CULPA.
Así que para liberarnos de la culpa lo que quisiera invitarte es a cultivar tu amor propio y a empoderarte de ti misma, para sanar tu historia, sanar tus voces y así puedas cantar la canción que iluminara o llevara a la oscuridad a tus hijos.
Los “Top 5” para vivir una maternidad sin culpas
1. Reconoce la autoexigencia que te lleva a la autocrítica salvaje y te desanima.
Caminamos hacia la excelencia, no hacia la perfección, y esto aplica para toda nuestra vida. Es hora de hacer un pare, y que observándote puedas darte cuenta cuando estás exponiéndote a una situación por encima de tu realidad, tus recursos emocionales y lo que te va presentando el día.
Esto no quiere decir de ser conformistas o dejarte llevar por el viento, significa estar consciente de qué y quién eres, que tienes en frente y como no vas a negociar tu paz.
- ¿Aceptas lo que está ocurriendo y te preguntas “que es lo mejor que puedo hacer ahora?”.
- ¿Con la energía que tengo, qué es lo mejor que puedo hacer?.
- ¿Con los recursos emocionales como me puedo cuidar ahora?.
- ¿Con quiénes puedo buscar un relevo?.
- ¿Cuáles son las palabras que necesito para cobijarme y ser mi espacio seguro?.
ERES LUZ y eres más que suficiente. Créetelo.
2. Poca flexibilidad a los errores y no nos permite abrazarnos en nuestra debilidad.
La autorresponsabilidad emocional nos lleva a tomar lo que nos corresponde, soltar lo que no y hacer un plan de trabajo de mejora. Así mismo ocurre cuando nos equivocamos, un mal momento o día no nos convierte en malas madres o mujeres, nos convierte en HUMANAS, y esto no lo podemos esconder, somos humanas y VULNERABLES.
Así que date el permiso de acogerte cuando la reactividad y la falta de paciencia ganen, y ve luego de respirar, llorar y lavarte la cara, pide perdón a tus hijos, explícales por qué estallaste sin acusarlos, pídeles perdón y refuérzales que estás comprometida con ser mejor madre y mujer cada día.
3. Autocompasión, ser amable con nosotras mismas.
“Ámame cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesito” palabras de Rosa Jove que abrazan mi corazón porque es el amor, la generosidad lo que debe guiar nuestra conversación interna, y así como el amor es el camino a la sanación, hablarnos lindo en los momentos de turbulencia es el cemento para cimentar la paz mundial en nuestro entorno y en nosotras mimas.
Empieza a hablarte bonito hasta cuando te equivocas buscando algo a la nevera y que al llegar lo olvidaste. En ves de decirte “que olvidadiza soy” “voy a recapitular, he estado haciendo muchas cosas a la vez”. Puedes ser tu mayor fan o tu mayor retractora, tú decides.
4. Imagen que tenía de la maternidad, como me había imaginado que iba a hacer todo, como lo había visualizado como familia y como no lo es, no me permite aceptar y crecer hacia otro espacio.
La ilusión es hermosa y fuente de motivación, y crearnos de ahí nuestro ideal es maravilloso porque es como la meta final de todo. Solo recordemos que la vida real tiene subidas y bajadas y muchos pudieron ser los acuerdos entre la familia y la pareja al llevar nuestros retoños y otra la realidad de adaptación que todo el sistema familiar y de pareja tiene. Resistirnos a nuestra realidad nos aleja de transformarla, no a nuestra visión, sino a una nueva realidad que será mucho mejor que la que imaginamos.
Así que bajemos a la realidad, bajemos la resistencia, pensamos en porque tenemos esa resistencia que nos bloquea a recibir lo que tenemos, qué heridas o dolores pueden estar asomándose que necesitas protegerte. Descúbrelo y trabájalos.
5. Abrazar la niña interior que no fue sostenida, re-parentalizarnos, darnos lo que nos faltó mientras se lo ofrecemos a nuestros hijos.
Esto es una de las piezas más importantes de la vida, e incluso de la crianza consciente. Ya basta de decir “es que soy así” “es que mi papá no me quería” “es que me abandonaron” “es que me exigieron demasiado y no me sentí suficiente” y empezar a sanar ofreciéndonos nosotras mismas el amor que nos hizo falta, las palabras de aliento que necesitamos, recordando esos momentos de dolor e invitando al AMOR a que nos cubra los recuerdos y así mismo las ausencias del mismo en nuestra historia.
Hacer todo esto no es una tarea que tienes que hacerla sola, yo estoy aquí para acompañarte según el camino que quieras recorrer, desde la empatía y la cercanía, pero también con alegría a tejer esa maternidad y esa vida sin culpa y construida desde el merecimiento, la gratitud y el amor.
Te invito a ver el VIDEO que está debajo, en el que desarrollamos a detalle los “Top 5” para vivir una maternidad sin culpas y mucho más.
¡Que lo disfrutes!.
Dinámica para soltar la culpa
¡Hagamos journaling!.
En una mascota donde puedas escribir temas privados vamos a compartir sobre los 5 pasos para soltar la culpa.
Luego de leer los “top 5” para vivir una maternidad sin culpas, vamos a tomar cada punto para trabajarlo y cambiar nuestro mindset sobre lo que percibimos de nosotros, así que harás lo siguiente:
- Vamos a escribir los pensamientos negativos que reconoces en cada concepto
- Luego vas a reescribirlo desde el amor y sintiéndote merecedora de todo lo bueno que escribes.
- Repite 5 veces la oración positiva para hacer crecer en nuestra mente los pensamientos que queremos.
Así que lo negativo lo escribirás 1 vez, lo positivo lo repetirás 5 veces.
Haz esto con cada uno de los puntos recibidos en los top 5 para vivir una maternidad sin culpas
Extra tip: Busca postit y coloca las afirmaciones que construiste en el espejo de tu baño, retocador, pantalla de laptop y al tenerlo visible puedes ir recordando toda la luz que está dentro de ti.
Conclusiones
¡Vamos a ganarle a la culpa! Mereces una vida y maternidad plena, en equilibrio y feliz.
Por eso es por lo que amando es que sanamos.
Usa tu historia para inspirarte a redactar la que quieres para ti y para tus hijos, ese es tu legado. Reescribela.
Por favor, te pido compartas este contenido con aquellas mamás que conozcas y les sea útil.
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Un fuerte abrazo,
Natalia Nin
Psicóloga Clínica, Doula de Parto, Mentora de Madres.